lunes, 23 de marzo de 2009

No signal. Going to sleep

Me gusta dormir debajo de la ventana. Tengo la inmensa fortuna de poder observar el firmamento mientras me voy quedando dormido. A veces puedo ver la luna llena, en otras ocasiones, si la contaminación me lo permite las estrellas, y cuando hace mal tiempo la lluvia y los rayos de la tormenta.

Puedes visualizar desde mi ventana un cielo oscuro, tirando a rosáceo, la luz intermitente e incansable de un puente en la lejanía, y sobre todo, multitud de bloques de viviendas que se erigen desde el suelo y se pierden uno tras de otro en el horizonte.

En estos momentos en los que me falta el sueño y me sobra el desvelo, me dedico a viajar por cada uno de esos bloques de viviendas. Me convierto en el gran hermano que todo lo imagina y que recorre, vivienda a vivienda, las particularidades, espacios y rostros de cada una de las personas que habitan en ellas.

Casi siempre las veo dormidas, en sus camas, abrigadas, con las manos debajo de la cara y los ojos cerrados. En ese momento tengo la sensación de amar a todo el mundo. Me despierta un cariño indescriptible esa imagen. Cuando las personas están apagadas , son adorables, inigualables, maravillosas. Otras veces las veo leyendo algún libro, y puedo ver encima de sus cabezas cómo representan lo que leen.

En ocasiones, charlan entre ellas y sonríen comentando algún chascarrillo inocente. Y en menor medida, por fortuna, las veo reunidas en torno a la televisión. Es la imagen que menos me gusta.... personas absortas por ese cachivache, a las que de repente no le puedo ver el color de los ojos porque en ellos está reflejada la imagen del televisor.

Los medios

La televisión no es más que un instrumento que forma parte del sistema de información global de nuestra sociedad. Como tal, su función debiera ser trasladar la información de unos estratos sociales a otros, a fin de que dicha información fluya con naturalidad y se garantice la igualdad de oportunidades de todas las personas que la componen.

Sin embargo, este instrumento ha sido convertido por las clases más altas en un sistema de ocio idiotizador de personas, desvirtuando no sólo su principal y única función, la de informar, si no que ésta ha sido reemplazada por la de manipular. Como tontas que somos y hemos sido siempre las personas que pertenecemos a los estratos más bajos, nos han introducido un chip sin perforarnos la piel, que permite persuadir y convencer a distancia y sin el uso de la violencia. Genial, han logardo un arma de anormalizar masiva y no violenta para una guerra lenta y tranquila.

Cuando apago la televisión, me recorre un escalofrío agradable de tranquilidad. Por eso, cuando veo a las personas apagadas en sus casas, siento lo mismo. Estarán soñando seguramente, pero será su organismo el que le dicte, en cierta medida, lo que soñar. Y aunque estén sugestionadas por lo que hayan podido percibir de su entorno, ese sueño será efímero... sea bueno o malo.

Con esto no quiero decir que las personas sean tontas y se dejen manipular. Sólo que a base del bombardeo masivo de informaciones dirigidas y manipuladas, se ataca a la fortaleza y al empuje de las masas. Los medios son un arma silenciosa. No disparan balas con un obús manipulado por un soldado. Disparan cuestiones interesadas con un ordenador, radio, televisor o cartel por un grupo de personas que acaparan toda la información de relevancia en exclusividad.

Ya han recorrido parte del camino para alcanzar el objetivo principal, que no es otro que mantenernos en la ignorancia... Nuestra generación es el claro ejemplo.

La educación

No es lo mismo saber que comprender. Las personas que componemos nuestra generación sabemos mucho pero comprendemos poco. Es de vital importancia asumir que la gran mayoría de sucesos no ocurren por casualidad, si no que suceden por causalidad. No es casualidad que me tropiece y caiga al suelo, que esa piedra estuviera allí. Me caigo a causa de estar distraído, de no mirar por dónde piso ;)

La diferencia entre casualidad y causalidad se ha difuminado a través de la educación que hemos recibido. Desde una edad temprana recibimos una educación sesgada, totalmente dirigida. Suficiente para que los más listos puedan aprovechar lo poco que se les da y los menos listos queden sumidos en la más absoluta mediocridad. El nivel de ignorancia permea todo, y permite mantener la distancia entre las clases con capacidad de dirección y las clases defenestradas a la producción.

La energía

La energía es la base fundamental de cualquier actividad que se quiera desarrollar. Según la ley de conservación de la energía, ésta no se crea ni se destruye, si no que se transforma, y esto es precisamente lo que es aprovechado por aquellos con poder para persuadir nuevamente a las personas de clases diferentes. La energía no es sólo la electricidad con la que recargas tu ipod, la gasolina que da vida a tu vehículo o el gas que calienta el agua con la que te aseas por las mañanas. Los alimentos son la principal fuente de energía, y es lo que me produce verdadera desazón el saber que se especula con ellos.

Con el control de la energía, se limitan las actividades. Limitando las actividades más demandadas, se aumenta el descontento. Si aumenta el descontento, se pueden justificar las invasiones imperialistas modernas.


La economía

El último eslabón de la cadena, y el más poderoso. La capacidad de producción de las nuevas economías, el falso libre comercio, la inflación (con la gran menteria del trigo y el petróleo), estanflación y deflación. No soy economista ni pretendo serlo, por eso sólo hago una referencia a Scofield. Si lo has leído, sabrás de lo que te estoy hablando.


El consentimiento

Televisión y educación, dos elementos que provocan la sinergia perfecta logrando que las masas sepan que lo se quiere que sepan, y que comprendan sólo lo que se quiere que comprendan. Diversión, opio para el pueblo.

Energía y enconomía, dominadoras de las actividades del conjunto. Determinan las posibilidades y el margen de maniobra del grupo. Seguridad, miedo. Con estos cuatro ingredientes, han construido la receta perfecta para que sean los propios pueblos los que se autodestruyan. No existe guerra más efectiva que la autodestrucción de un pueblo, y, a nosotros, nos tienen cogidos por los huevos.

De esta dinámica de información sesgada, educación de mala calidad, déficit energético e inflación descontrolada no nos salva ni dios (o Dios, para el que se ofenda). Esto estaba planificado desde hace mucho tiempo.


¿Y qué mas da? ¡¡Soy el nuevo replicante!!

Pues sí, ¿y qué mas me da? Pues me da absolutamente igual todo esto. El único objetivo de esta vulgar disquisición era el de expresar, de una vez por toda y por escrito, toda mi conspiranoia. Tengo que agradecer a una persona muy especial el haberme otorgado este apodo, y con él un espacio en el que me siento identificado y que saca de mis entrañas todo lo que pienso y siento.

Si has llegado hasta aquí, pensarás que soy un cenizo. Nada más lejos de la realidad. Tengo asumido, y muy bien asumido, a donde pertenezco, cuáles son mis posibilidades y mi margen de maniobra. Soy la nueva versión de Roy Batty, obsesionado con disfrutar cada minuto de la vida.

"Yo... he visto cosas que vosotros no creeríais... personas maravillosas que han sacado una sonrisa cuando peor estaban otras más allá de Orión. He visto, tocado y palpado los sentimientos más hermosos y profundos cerca de la puerta Tannhäuser. Todos esos momentos quedarán grabados en el tiempo como el primer amor. Es hora de vivir."

Es hora de vivir razonablemente. Dejaré de funcionar como un puerto, mi vida no dependerá de los barcos que llegan y se van. Menuda paradoja, si durante diez horas diarias tengo tras mi ventana del trabajo un enorme puerto :)


Me gusta la vida. Vivo para sentir, siento para disfrutar y disfruto para ser feliz.


Quien tome esto a broma, se equivocará irremediablemente.



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